Para lograr llevar adelante un proyecto de innovación se deben tomar en cuenta tres factores que se interceptan y que de alguna forma nos permite decidir si tengo todo para que mi proyecto de innovación sea implementado con éxito.
Recientemente, se publicó la última edición del Índice Mundial de Innovación 2020, elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés), el cual clasificó a 131 economías en función de sus resultados en determinados aspectos de la innovación, como la investigación y desarrollo (I+D), la iniciativa empresarial o la producción de alta tecnología. Este índice busca medir la capacidad y el desempeño de las economías en materia de innovación a partir de siete pilares:
(i) Instituciones,
(ii) Capital humano e investigación,
(iii) Infraestructura,
(iv) Desarrollo de los mercados,
(v) Desarrollo empresarial,
(vi) Producción de conocimientos y tecnología, y
(vii) Producción creativa.
Hablando de Perú, en América Latina y el Caribe (ALC), el avance en investigación no ha sido tan veloz en las últimas décadas. Ello debido a la baja inversión en I+D e innovación, el débil uso de las normas de protección a la propiedad intelectual y la desconexión entre el sector público y privado al momento de establecer prioridades en materia de innovación. Para tener una idea, todos los países de esta región se encuentran por debajo del puesto 50. Cabe destacar que Chile, México y Costa Rica lideran el ranking regional con 33.9, 33.6 y 33.5 puntos, respectivamente.
De igual manera, los resultados para el Perú no son del todo alentadores. Con un puntaje de 28.8, nuestro país ocupa el puesto 76 del ranking global, lo que refleja un retroceso de siete posiciones respecto del año pasado. Si analizamos por categoría, nuestras mejores posiciones las tenemos en los pilares de Desarrollo de mercados y Desarrollo empresarial, puesto que estamos en los puestos 38 y 43. Por otro lado, nuestras principales debilidades se centran en la baja producción de conocimientos y tecnología, nos encontramos en el puesto 112, explicada por una débil creación, impacto y difusión del conocimiento.
Es preciso mencionar que nuestro país ya cuenta con una ruta por seguir en materia de competitividad e impulso a la innovación. Este es el caso de la Política Nacional de Productividad y Competitividad y el Plan Nacional de Competitividad y Productividad, que entre sus lineamientos tiene el fortalecimiento del capital humano y el desarrollo de las capacidades para la innovación, adopción y transferencias de mejoras tecnológicas.
“Es momento de apostar por más proyectos innovadores que incrementen la competitividad de nuestra economía de cara a un escenario post-COVID.” ((https://www.comexperu.org.pe/articulo/el-peru-retrocede-7-posiciones-en-el-indice-mundial-de-innovacion-2020 ) , s.f.).
Nuestra nueva realidad
Desde marzo de este año 2020 estamos inmersos a instalarnos en una nueva realidad, la misma que no va a cambiar para retroceder a como vivíamos antes, sino que va a seguir evolucionando.
Recuerdo que el año pasado en una época no tenía trabajo y me dediqué a importar productos de china, mis amigos tenían la misma disponibilidad a la plataforma para hacerlo, pero preferían que otro tomara el “riesgo”, así se sentía antes, pues había muchas dudas sobre como deberíamos manejar con seguridad la tarjeta de crédito. No me puedo quejar, en esa época ganaba bien, gracias a la desconfianza en el sistema. El otro día que nos encontramos en una reunión virtual, comentaron justo esa situación en la que ellos no hacían compras por internet. Entre risas se acordaban y me decían que en esa época ellos pensaban cosas como – Noooo, ni loco, ¿y si me estafaban? ¿Quién será el que me está vendiendo, Qué producto me llegará? De repente pido una zapatilla y me llega un plato…Ni a balas.
Nos reímos de esa situación puesto que ahora, todos nos hemos visto obligados a realizar este tipo de compras, pues al inicio de la pandemia evitábamos salir a no ser para gestionar lo más indispensable, pero las costumbres han cambiado y la realidad ahora es que compramos sin problemas por canales on-line.
Eso me lleva a reflexionar entonces en los emprendedores, aquellos que pusieron todo su tiempo, creatividad y esfuerzo en un sueño, en su propio negocio o empresa.
Si de por si las cifras en el ranking de innovación no nos ayudan, creo que un valor importante del peruano es su “creatividad”, la picardía criolla con la que salen de dificultades cotidianas los ha preparado para, sin saberlo quizás teóricamente, INNOVAR y salir adelante.
Atributos de la Innovación
Para lograr llevar adelante un proyecto de innovación se deben tomar en cuenta tres factores que se interceptan y que de alguna forma nos permite decidir si tengo todo para que mi proyecto de innovación sea implementado con éxito.
Debes tener un equilibrio entre tres atributos principalmente:
Deseabilidad: La solución que estoy proponiendo tiene un mercado a donde dirigirlo una vez terminado el proyecto. Esta nueva propuesta de valor, es diferente a lo que encuentras en el mercado y cubre en algunos casos necesidades no descubiertas.
Viabilidad: Debemos estar seguros que podremos sobrellevar la inversión que se requiere para implementar el proyecto a largo plazo. Los objetivos de ventas y metas deben quedar claros y escritos. Esta solución debe estar alineada con los objetivos estratégicos de la empresa.
Factibilidad: Considerar que se deben aprovechar al máximo todos los recursos de la empresa y que no tengamos ningún tipo de traba legal para realizar el proyecto. Las adquisiciones adicionales que se requieran, deberán ser evaluadas por factibilidad y ver que implica.
En la intersección es donde todos los atributos están presentes, el proyecto es factible, deseable y viable. Es la manera ideal de llevar a cabo la implementación del proyecto.
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